sábado, 29 de mayo de 2010

Ciencia y tecnología Vs. Ética y moral

Innumerables han sido los descubrimientos científicos y tecnológicos que han contribuido al avance y bienestar de la humanidad. El desarrollo científico tecnológico del siglo XX supera todo lo realizado anteriormente por el hombre. En la industria, la invención creciente de aparatos domésticos, la obtención de nuevos materiales de construcción como el hormigón armado y el cristal, las fibras sintéticas y el plástico. En medicina, el hallazgo de la penicilina y otros antibióticos; la mejora de los conocimientos en agricultura, alimentación y técnicas de conservación de alimentos. En el transporte la producción en serie del automóvil, la invención del aeroplano. En los medios de comunicación el desarrollo de la cinematografía así como de la televisión. El desarrollo de la carrera espacial y con ella la colocación de satélites artificiales que, aparte de su función militar, revolucionaron la tecnología de telecomunicaciones y prepararon el camino para la exploración del espacio donde se ha producido un logro tecnológico espectacular, al permitir que por primera vez los hombres pudieran abandonar la biosfera terrestre y regresar a ella. Cambios rápidos y radicales en los métodos y prácticas de trabajo debido a la sustitución de la mano de obra y a la mecanización de las actividades. El surgimiento de la industria computacional. El medio de comunicación conocido como Internet. El uso de fibras ópticas de cristal utilizadas en instrumentos médicos para examinar el interior del cuerpo humano y para efectuar cirugía con láser; y en telefonía donde los mensajes se codifican digitalmente en impulsos de luz y se transmiten a grandes distancias. El desarrollo de la biotecnología y la ingeniería genética. Todo esto y mucho más han mejorado nuestra calidad de vida.

Pero también es innegable que en nombre de la ciencia se ha manipulado la vida, se promueven guerras, se explota el dolor ajeno, se practican abortos, roban órganos, clonan seres humanos y se destruyen el medio ambiente. (Aunque la mayoría de los hombres de ciencia se oponen al uso indebido de sus descubrimientos y con sus investigaciones benefician la vida y la ecología). Por el mal uso de la ciencia se han cometido, y se comenten, atrocidades y genocidios… Las guerras internacionales han impulsado el desarrollo de nuevas armas bélicas, como el gas venenoso y los misiles de largo alcance. Desde finales de la Segunda Guerra Mundial los estudios sobre energía atómica procedente del uranio y el plutonio, desencadenaron una acelerada carrera armamentista con la consecuente amenaza para la vida en el planeta. Basta recordar los episodios del 6 y 9 de agosto de 1945. Desde 1916 las emisiones de nubes de cloro se sustituyeron por granadas rellenas de gas fosgeno, bromuro de xileno y arsinas. La industria de la guerra fabricaba gases llamados Cruz Verde, Cruz Blanca, Cruz Azul y Cruz Amarilla, formados por compuestos orgánicos con cloro y arsénico derivados del ácido cianocloruro. En 1917 los alemanes comenzaron a usar su arma química más agresiva: el gas mostaza o iperita, gas venenoso que permanecía largo tiempo contaminando el terreno en forma de gotas parecidas al rocío, y que es capaz de atravesar la ropa y el calzado.

Evaluemos si ha sido peor el remedio que la enfermedad:

• La contaminación atmosférica, proveniente principalmente de las centrales térmicas que queman combustibles fósiles, de los desastres nucleares y de los tubos de escape de los automóviles, está provocando el “efecto invernadero” o calentamiento de la superficie y el adelgazamiento de la capa de ozono, lo que conduce a intensificar la radiación ultravioleta con graves peligros para la salud.
• Los recursos naturales, incluso los no renovables como el petróleo, se están usando por encima de sus posibilidades.
• La destrucción masiva de selvas y bosques, que puede tener a largo plazo graves efectos en el clima mundial.
• El uso de pesticidas como el DDT amenazan la cadena alimenticia.
• La caza y pesca indiscriminadas, así como los derrames de petróleo en el mar, amenazan la supervivencia de especies animales en vías de extinción.
• Los residuos minerales usados por la industria están contaminando ríos, lagos y mares, así como las reservas de agua subterránea.
• El medio ambiente ha sido tan dañado por los procesos tecnológicos que uno de los mayores desafíos de la sociedad moderna es la búsqueda de lugares para almacenar la gran cantidad de residuos que se producen.
• En el aspecto social, la amenaza a ciertos valores, como la calidad de vida, la libertad de elección, la igualdad de oportunidades y la creatividad individual

La ciencia no es el único ni el supremo valor. Ésta ha de estar al servicio del hombre a quien no ha de convertir en su conejillo de indias. La ciencia ha de dar, mejorar y conservar la vida, no irrespetarla, mutilarla, y menos aun acabarla. Las investigaciones científicas deben cultivarse porque son la base del progreso, pero practicándolas a ciencia y conciencia. Conocimiento y responsabilidad han de avanzar al unísono, de la mano de la moral y la ética. Esto es prioridad no sólo a los gobiernos y de las grandes empresas industriales, sino también al ciudadano común que de manera irresponsable abusa de la utilización de recursos naturales, contamina a su entorno y provoca incendios forestales. Sería paradójico que la vida en el planeta llegara a su fin ya no por el estallido de una tercera guerra mundial, sino por un injustificable y fatal descuido de la especie humana en su conjunto.

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